Se pone la liebre por la noche en vino blanco. A la mañana siguiente se ponen en una caldera de barro una cebolla, una cabeza de ajos, una hoja de laurel, tres cucharadas de vinagre, media cucharilla de pimentón, una taza de aceite crudo, pimienta y sal. Se deja a fuego lento para que se vaya rehogando durante media hora. Se le añade un poco de agua -según esté la carne de dura- y se le deja cocer hasta que esté tierna y en el aceite.