Es una fortaleza medieval situada en las inmediaciones de la población, sobre un pequeño cerro. En su origen fue un yacimiento de la Edad de Bronce perteneciente a la Cultura de Motillas. Siglos después, tras la reconquista Alfonso VIII se lo regaló a su hija Dª. Berenguela. Pocos datos se conocen del origen de la fortaleza aunque todo apunta a la importancia de la zona por se limítrofe entre las Ordenes Religiosas de San Juan y la de Santiago. Su destrucción está ligada a una orden de Isabel la Católica como represalia al Marqués de Villena, señor feudal de la comarca.

 

En la actualidad, el castillo de Munera cuenta con la condición de Bien de Interés Cultural y está siendo excavado, pudiéndose observar, tras diversas campañas, la Torre del Homenaje, el muro Barbacana o el Paseo de Ronda de la etapa medieval y el Foso, silos y diversos morteros de la Edad de Bronce.

 

Complementa este paraje el Edificio de Los Casares, una casa fuerte de más de diez metros de altura y que aún no ha sido excavado. Su estructura recuerda a edificaciones del norte de África y Persia aunque su construcción es posterior a la destrucción del castillo.

 

 

También existen posibles indicios sobre la existencia de una calzada romana de las llamadas “terrenas”. Esta vía de comunicación habría sido un lugar de vigilancia estratégica de un ramal interior del antiguo camino entre la costa mediterránea y Andalucía, el llamado “Camino de Aníbal” o “Vía Augustea”, que continuó utilizándose durante la Edad Media.