En 1975, el matrimonio Enrique García Solana y Amparo Gavidia Murcia deciden la construcción de un molino en un paraje en el que, según las investigaciones, se celebraron las Bodas de Camacho, historia novelada por Cervantes en su inmortal libro (capítulos XIX, XX, XXI de la segunda parte del Quijote).

En el molino se celebra el famoso concurso literario Molino Bella Quiteria, que es convocado en el mes de marzo hasta el 31 de mayo. Tras las deliberaciones del jurado, los premios son entregados el primer sábado de julio, en una fiesta que se celebra a la sombra del molino.


 

 

Construido de cemento proyectado sobre armazón metálico, este monumento que representa una yunta y un labrador, es el peculiar homenaje que el pueblo de Munera hace a los agricultores.

 



Realizado por el artista Emilio Solana, junto con José L. García, Manuel Moreno y Emiliano Gómez, fue inaugurado en 2.001. A los pies se puede leer unos versos de Miguel Hernández y de su poema “El Niño Yuntero”.

 


Se sitúa cerrando uno de los laterales de la plaza principal de la localidad, frente al Ayuntamiento, y data del siglo XV.

En ella se pueden observar dos estilos arquitectónicos distintos. Por una lado, el gótico, con grandes muros de argamasa, arcos ojivales, ventanas pequeñas y contrafuertes. Y por otro, el renacentista, donde los arcos de medio punto, los pilares y una sobria decoración dan forma al crucero de la Iglesia.

En su interior podemos admirar pequeñas joyas, como las imágenes, algunas de ellas en el nuevo retablo, que se inauguró en el 2.004; un fresco, que representa la Batalla de Clavijo y que ha sido recientemente restaurado; o el grupo escultórico de Santa Ana, la Virgen y el Niño, atribuido al escultor Juan Martínez Montañés. A los pies del altar se encuentra enterrado D. Bartolomé Rodríguez Soria, un mártir que será próximamente beatificado.

El aspecto externo del edificio es de una cierta rudeza constructiva, pesadez y fuerte carácter arcaico. Los materiales más característicos son cal y canto, con un escaso uso de la piedra de sillería.

 

IMÁGENES

     

 

 

 

 


La Ermita de Nuestra Señora de La Fuente está situada a las afueras del pueblo, próxima al “Vao” y al Molino de la Bella Quiteria.


  

Se trata de un edificio barroco, originario del siglo XVlll, de una sola nave con lunetos, distribuida en cinco tramos, siendo sus medidas de 16,90 metros de largo por 5,50 metros de ancho y 17,70 metros el pequeño crucero. Su bóveda de cañón y arcos de medio punto dan lugar a un bello edificio apoyado sobre pilastras molduradas, donde se venera a la imagen de Ntra Señora de la Fuente.

 

El origen de la Virgen es muy remoto, teniendo ya constancia en 1.587 de su existencia, gracias a una donación que se le hacía en un testamento. La fama de sus milagros atrajeron frecuentes peregrinaciones en el siglo XVII y propiciaron una ampliación del edificio, dándole la forma actual en 1.751.